El Monario de Araceli
El monario: dicese de la versión impúdica de mi cerebro o el vertedero de los demonios que me visitan.
martes, 15 de marzo de 2016
Araceli Sobrino se arriesga con el género de la comedia en su...
Araceli Sobrino se arriesga con el género de la comedia en su...: Araceli Sobrino se arriesga con el género de la comedia en su novela 'Macarrones con tomate'. . La tercera obra de la escritora nacida en Laroya ha sido editada por la editorial SoldeSol
jueves, 10 de marzo de 2016
Sinopsis 'Macarrones con Tomate''
Quien tiene una amiga tiene un tesoroy Carmen se encontró con cinco de golpe, amigas, se entiende; pero tesoro lo que se dice tesoro sólo encontró uno, o ninguno...,¿o tal vez sí…?, bueno, según se mire.
Araceli Sobrino nos sorprende en esta su tercera novela con un nuevo género narrativo, comedia, en el que el lector va a encontrar unos personajes muy humanos y divertidos que se verán envueltos en una trama fresca y alocada.
viernes, 25 de septiembre de 2015
Kit de supervivencia
El mar tiene la sana
costumbre de devolvernos todo lo que le es ajeno, así lo compruebo cada día
cuando paseo por la orilla del Mediterráneo, por ser el que veo cada día al
levantarme. Hoy entre las tantas inmundicias que ha escupido y que he sorteado,
una, ha reclamado mi atención. Y no ha sido por ser algo llamativo, vistoso ni
que lanzase destellos como si de un tesoro arrancado de algún naufragio olvidado
se tratase, no. He tropezado con un hato de jirones oscuro y anudado que delataba
la mano humana que lo había creado para contener algo valioso. Mi naturaleza
curiosa no me ha permitido pasar de largo, y después de palparlo, al tacto, he
comprobado que en el interior guardaba algunos objetos sólidos y consistentes. Rápidamente
he procedido, manteniendo cierta prudencia al hacerlo, a desatar los nudos de
los jirones de ropa mojada que lo formaba. La sorpresa, tanto mía como la de mi
hermana Luisa que me acompañaba, ha sido singular cuando el contenido ha
quedado al descubierto. Efectivamente, dentro había un tesoro, pero no uno
cualquiera; éste estaba compuesto por: cuatro manzanas, un coco, una vela roja,
un caramelo y una pequeña rama de hojas verdes que por hallarse descompuestas
no he sabido reconocer. En ese instante hemos tomado consciencia de que lo que
el mar había arrastrado hasta la orilla era un mísero «kit de supervivencia», e
irremediablemente la pregunta que nos hemos hecho no ha podido ser otra que,
¿habrá sobrevivido el dueño de ese tesoro con el que pensaba surcar el mar?
viernes, 11 de septiembre de 2015
Algo grande está sucediendo.
Las imágenes que se
vienen produciendo los últimos días motivadas por el éxodo del pueblo sirio y
su llegada en masa a los pueblos de Europa merece una reflexión, que esta vez sí, a
mi Monario le causa emoción de la buena.
Creo que los dirigentes
políticos y los dirigentes religiosos de unos y otros credos deberían escuchar
y observar para aprehender de los que está sucediendo entre sus ciudadanos,
pues la lección es bien sencilla: por encima del credo, de la ideología y de
las fronteras o alambradas existen personas con necesidades extremas a las que
hay tender la mano sin esperar nada a cambio. Eso es lo que está sucediendo a
pesar de los políticos; el pueblo alemán a la cabeza, el griego a pesar de sus
propias penurias, el húngaro a pesar de su líder xenófobo, etc., etc., reconforta
ver que a las ciudades a las que llegan los refugiados sirios es el pueblo, la
gente de la calle, padres y madres de familia los que salen a ofrecer una
manta, un par de zapatos o simplemente una sonrisa y una palmada de ánimo. Ojalá
que esta ola solidaria entre seres humanos no la desvirtúen ni los políticos ni
los representantes de la fe. Ojalá que el mensaje que se está poniendo sobre la
mesa por parte de la gente de la calle sea una ‘ley’ que no tenga vuelta atrás:
todos somos iguales cuando nos desnudamos de la fe y de la ideología. Basta ya
de manipulación, de intereses, de políticas inútiles, de insolidaridad, de
cruzadas de fe.
jueves, 10 de septiembre de 2015
La patada de la bestia.
Este era el título y decía
así:
Éxodo:
salida, partida, huida. (2012)
30.000 personas han
huido de Siria: niños, ancianos, mujeres, hombres. Otro 1.000.000 ha tenido que
huir de sus casa ante el riesgo seguro de que una bomba o un misil las destruya
y/o caigan sobre sus cabezas tanto las bombas como la casa, o quizá, algún arma
química le alcance allá donde esté. Y otros miles ya no irán a ningún sitio porque
están muertos.
100.000.000 mil
millones de euros se calcula que han 'salido' de España en el 2012 con destino
a paraísos fiscales, no les ha quedado más remedio que huir de otros tantos
millones de personas que exigen salarios dignos, sanidad y colegios públicos y
gratuitos.
100.000.000 mil
millones de euros es la partida de dinero que el gobierno español ha pedido a
sus vecinos europeos para que los bancos españoles puedan salir de la crisis
financiera que, por una gestión dudosa, ellos mismos han provocado.
4.200.000 personas
mueren de hambre en el mundo cada año, en su mayoría niños que no pueden huir
de su destino.
120 k de comida al año
parte con destino a la basura de la mano de cada ciudadano occidental, al que
sin duda le cabe más en el ojo que en la tripa.
Hace muchos años
existió un señor llamado Moisés, lucía largas barbas porque era muy muy
anciano, pero que ideó la huida (éxodo) del pueblo de Israel, cruzando el Mar
rojo en búsqueda de la tierra prometida.
Hoy, tantos años
después, la hazaña del éxodo promovido por Moisés que a lo largo de la historia
ha sido difundida por todas las religiones como un hecho cierto, nos revela no octante
una evidencia que no ha perdido vigencia: el éxodo no ha cesado. El hombre de
la era Internet sigue siendo un Moisés que busca su tierra prometida.
Los Sirios buscan
sobrevivir a un dictador sanguinario que los está matando dos veces. Los que
evaden el dinero con su insolidaridad desprecian a las personas que compra los
productos y utiliza los servicios de sus empresas. Sería bueno, por ejemplo,
que iniciáramos el éxodo de dejar de ser sus clientes y así demostraríamos
también nuestro poder.
El gobierno que pide
dinero para los bancos y asfixia al pueblo, no sólo está dando un palo en la
mierda que nos salpica a todos, sino que con la constitución los que nos
gobiernan se han limpiado el culo.
Los millones de
personas que mueren de hambre no son nada más que la demostración del poder
exterminador que ha alcanzado el hombre civilizado, y el juego sucio de
instituciones mundiales que dicen velar por ellos.
La comida que tiramos
al cubo no es otra cosa que la evidencia de que somos un producto, un número
programado para consumir y engordar las cuentas de los que evaden 'su dinero'.
Y el éxodo al que nos
están empujando, corre el mismo riesgo que el pueblo que guió Moisés, aquel que
todavía no ha encontrado su tierra prometida.
No tenemos remedio ni
perdón, nos pasa lo que nos merecemos. ¿Acaso no somos mayoría el pueblo llano,
acaso no podemos rebelarnos en masa en contra del sistema de castas y clases
propias de la Edad Media al que nos están conduciendo?
viernes, 4 de septiembre de 2015
La abulia lectora devora a Librería Sintagma
Taller de Escritura (2015) Librería Sintagma. El Ejido |
Cuando
en Enero de este mismo año iniciamos el Taller de Escritura, una de las tantas
actividades que Manuel Iborra promovía desde, o en Librería Sintagma como era
el caso del Taller. Nada nos hizo sospechar entonces a los componentes del
grupo que la cuenta tras para el cierre de la librería estaba activada. Aunque
releyendo el final de este texto (que incluyo) que escribí para uno de los ejercicios que yo
misma propuse, y recordando el que otros compañeros presentaron, y que nos sorprendió
comprobar que tácitamente se había producido una coincidencia (sin ser el tema de los relatos) en lo que
tenía que ver con la escasa afluencia de público lector, consumidores de libros
en general a Librería Sintagma. Es posible que inconsciente los que allí
acudíamos percibíamos durante los sucesivos días, los martes en concreto, que
era el día en que nos reuníamos para la puesta en común de nuestras creaciones,
que una librería con escasas ventas no podría sobrevivir.
Traigo
aquí el ejercicio que yo presenté: el tema consistía en narrar la forma en que cada uno
de nosotros percibíamos La Plaza Mayor de El Ejido. Decía así:
Porque en los
lugares que de nuevo se hazen dando la orden en el comienzo, sin ningún trabajo
ni costa quedan ordenados e los otros jamás se ordenan”. Son palabras de la
Instrucción de Carlos V a Hernán Cortés en 1523 y nos habla de esas ciudades
con trazados regulares y ordenados mediante la cuadrícula, que a su vez
ordenaron un inmenso territorio hasta entonces desconocido. Aristóteles ya se
refirió al orden que debería regir la ciudad y su gobierno. Se trazaron “a
cordel y regla”, con una plaza central que era la que generaba el espacio
urbano, y que era, como en los campamentos militares, el lugar que ocupaban el
Señor y sus oficiales “en manera de alcázar”, tal como se leía en las Siete
Partidas de Alfonso X el Sabio […].
El
viajero ilustrado tendrá que obviar la lógica del trazado urbano que se
aplicaba en las pasadas centurias cuando visite El Ejido y por ende, su Plaza
Mayor. Aunque, una vez que haya accedido a ella a través de alguno de sus vomitorios
descubrirá, que quizás, se halle ante el único espacio de la ciudad cuyo
trazado sí ha sido realizado bajo la técnica de cordel y regla. De ahí sus líneas
rectas allá donde dirija la mirada. Los edificios que la guardan simulan un
nuevo Renacimiento arquitectónico por la simpleza y uniformidad de su
construcción: no hallará un solo balcón enrejado ni un zócalo que cuente una
batalla, ni al hijo ilustre a lomos de su caballo inmortalizado en singular
pose. No. La Plaza Mayor de El Ejido carece historia y por tanto de aquel
ornato con solera que hace imperecederas a sus homólogas. Pero si el viajero a
pesar de todo busca encontrarse con la realidad que bulle en esta singular
ciudad, observará que la vida en esta plaza se asemeja a cualquier otra. Sus
bancos los hallará ocupados por algún abuelo perdido en sus recuerdos al sol de
la mañana, o vigilando el juego de un nieto al caer la tarde. En el banco de al
lado una pareja se estará dando su primer beso de enamorados; en el de más
allá, un grupo ruidoso de jóvenes comerán pipas y echarán las cascaras al suelo
de forma insolente. En el banco vecino una madre cubierta con su hijab hablará por el móvil mientras su
retoño da sus primeros pasos. La fuente con su mármol blanco escupirá con
monotonía sus hilos de agua que se alzarán queriendo saludar a las palmeras que,
como testigos mudos, regalan la única nota de color al entorno. Los bares y las
terrazas en sus flancos se verán llenarse y vaciarse al ritmo que marca la
jornada laboral, no sucederá lo mismo en la librería Sintagma donde apenas unos
pocos se aventuran a cruzar su puerta. Por lo que podemos argüir que la estampa
de la vida cotidiana de nuestra Plaza Mayor, como tantas otras: nos retrata.
Hoy
tengo que decir que Librería Sintagma en El Ejido es ya es un recuerdo del
pasado, ha sido devorada por la abulia lectora. Qué pena.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)